Al llegar a mi casa (así le llamo yo a casa de mis abuelos) y después de recibir las felicitaciones y los abrazos de toda la familia, me dirigí al espacio que todo el que pise ese hogar tiene que entrar por obligación: La Habitación de Doña Blanca, mi bisabuela, que ya se encuentra convaleciente a sus quien sabe cuantos años por sus complicaciones cardiacas, y se pasa todo el día en una mesedora viendo televisión. Al asomarme a la puerta para ver lo que ella estaba haciendo la encontré muy contenta frente al espejo sentada en una silla. Me dijo que me había estado esperando para darme un regalo muy especial, que no me daba dinero porque no tenia en el momento.
¨Hoy me lavé el pelo y me puse bonita para cantarte cumpleaños feliz mi niño!!¨ - me dijo. Y mientras me cantaba de lo más contenta lo único que hacia era llorar de lo emocionante que era para mi ese momento, pues nunca me imaginé que abuela Blanca iba a darme esa grata sorpresa. Después me dijo que ella le pedía a Dios que no me desamparara nunca, que me hiciera un hombre de bien, que me ayude a ser una mejor persona y que siempre sea una persona ejemplar. Y a mi solo me salían las lágrimas no del los ojos no, me salían del corazón. Ese fue el mejor regalo de cumpleaños que pude haber recibido ayer.
En la abuelita vi más de lo que mis ojos pueden apreciar.
ChaGuiTo!!